Alfonso L?pez Quint?s — La mirada profunda y el silencio de Dios
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Автор: Alfonso L?pez Quint?s
Издатель: Bookwire
ISBN: 9788418360169
Описание: Esta obra no nos conduce por la v?a del irracionalismo. Al contrario, con ella la inteligencia se potencia al m?ximo, la libertad de maniobra —de actuar conforme a la propia voluntad— se convierte en libertad creativa —libertad de actuar por el bien de los dem?s—, se aumenta la capacidad de crear modos valiosos de unidad con las realidades del entorno, se consigue superar diversas aparentes paradojas u oposiciones: por ejemplo, entre libertad y normas, independencia y solidaridad, lo interior y lo exterior, lo individual y lo comunitario… Esta potenciaci?n de la inteligencia nos permite descubrir el poder clarificador que tienen los «c?rculos virtuosos», anillos de conceptos integrados entre s?. Uno de ellos clarifica el sentido profundo del «silencio de Dios». Al descubrirlo, la supuesta indiferencia de Dios ante nuestros males no s?lo no nos aleja de la fe, sino que incrementa al m?ximo nuestro amor agradecido a la figura del Cristo silente en la Pasi?n, que da la vida por nosotros con un amor absolutamente incondicional. Al final del libro, La mirada profunda y el silencio de Dios, nos lleva a captar el papel decisivo que juega el amor en nuestros actos de participaci?n. Si acogemos la palabra del Evangelio que nos manda amarnos con amor oblativo —amor de ?gape— y participamos, as?, del tipo de amor que constituye el ser de Dios, tenemos la promesa de que Jes?s y el Padre vendr?n a nosotros y morar?n en nuestro interior. Para llegar a Dios no hemos de dar un paso o un salto hacia ?l. Si participamos en su ser —que se define como amor de ?gape, amor oblativo—, ?l vendr? a nosotros y nos convertir? en amigos suyos (Jn 15, 14). Lo decisivo en el tr?nsito del nivel 3 al 4 no es un paso o un salto; es una transfiguraci?n. El camino hacia Dios consiste en transfigurarnos mediante nuestra participaci?n en su amor incondicional. «…Quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en ?l a su plenitud. En esto conocemos que estamos en ?l» (Jn 2, 5).